El espacio profesional de la Psicopedagogía no está circunscrito solo en el ámbito escolar, esta formación y actualización es realizada a lo largo de la vida para dar respuesta a las necesidades que están en constante cambio y orientadas a satisfacer dimensiones como por ejemplo: el contexto laboral, social, personas mayores, personas con compromiso cognitivo, adolescentes e infantes con riesgo social, atención a la familia, diversidad cultural, drogodependencias, organizaciones empresariales, salud mental entre otras. Este trabajo basado en la prevención y la terapia aunque heterogéneo y enorme traspasa cualquier ámbito del contexto no formal.
El Psicopedagogo debe incorporar a su formación una serie de competencias para llegar a realizar intervenciones de calidad en el contexto no formal, entre ellas está la planificación, la valoración de una determinada actuación, el seguimiento a fin de identificar situaciones y con base en ello establecer objetivos realistas y constructivistas creando entornos que aporten, lo que es lo mismo, que crear una red de apoyo con profesionales que colaboren en este trabajo, es decir un contexto colaborativo.